Menstruación, virginidad, impotencia, orgasmo… . ¿Cuán molestos pueden resultar estos temas? El sexo es uno de los temas que causan más tabú en nuestra sociedad. Pocas son las personas que cuestionan su importancia en una relación, y, sobre todo, son pocas las personas que consiguen romper la barrera que hace de él un tabú.

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sexo es uno de los cuatro pilares que repercuten en nuestra calidad de vida. Si es tan bueno vivirlo, ¿por qué no hablar de él?. Históricamente el asunto se enfrenta con salvedades. El impacto aparece en la cama. Las investigaciones consecutivas apuntaron sobre la dificultad de las mujeres en sentir placer, o el problema de erección en algunos hombres, o también, el problema que aparece cuando los jóvenes comienzan a mantener relaciones sexuales un poco tóxicas. Las próximas generaciones sólo van a poder disfrutar del sexo en plenitud cuando deje de ser una idea prohibida. El sexo es bueno, hablar de sexo no es un problema y educar sobre el sexo es esencial​.

Orientar a hijos e hijas adolescentes sobre la sexualidad no implica una iniciación precoz en la vida sexual. Enseñar sobre la diversidad sexual tampoco provocará ningún cambio de orientación sexual o de identidad de género. En realidad, ese diálogo sirve para construir mayor comprensión y aceptación por parte de los miembros de la familia, de la sexualidad y sus formas de expresión y vivencia.

Esta semana oí a un hombre comentar: «Todos los homosexuales van a ir al infierno». Él, si suponemos que existe otra vida después de esta, seguramente tenga todas las opciones para entrar de inmediato allí donde quiere mandar a una persona, tan solo, por su orientación sexual. Es completamente indignante que una persona pueda despreciar a otra tan solo por este motivo; esto, desde luego, solo muestra falta de empatía y humanidad.

Cuando dejamos de orientar sobre sexualidad no solo no estamos preparando a nuestros jóvenes para ser adultos con suficientes conocimientos sexuales, sino que también, esa falta de orientación repercute a la hora de conocer diferentes orientaciones sexuales y el papel sexual, cuestiones que por cierto, son realidades diferentes, y de las que hablaremos en el siguiente texto.